miércoles, 5 de diciembre de 2012

Al nacer el día



Me invitaste a una ventana
para ver nacer el día;
como a una muchacha
me sentaste a tu lado.

El secarral de tomillo,
                        romero y lavanda
reverdecía
con el relente temprano;
una neblina inmaterial
lo recubría de incandescencias.

El cielo empañado de color,
            líneas de horizonte,
gamas imposibles...
Un sol imponente
                        devorando los azules;
paletas de malva y rojo
estallándome en el pecho.
Luz de un blanco indefinible,
pura y tibia claridad...
me atravesó como aire,
me mezcló como agua.

Y tú.
                        Callado.
Sólo... en tus ojos... la locura.
Deseo en tu boca bermeja.

Mordí un pedazo de tu corazón, ¡ay!,
con brisa de la mañana.
y me supo a brezo,
a néctar, a alborada,
y me supo a olivo, a entrega,
a tierra dulce y a abejas,
un gusto a savia nueva y albahaca.

Mordí un pedazo de tu corazón, ¡ay!,
con brisa de la mañana.


Kayele
(Las Especies)
 



Música: Red Wine - (Mannheim Steamroller, Fresh Aire 4 - 1981)

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